Alfredo Carazo - Periodista

Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial





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Sunday, November 23, 2008

 
Problemas para campesinos paraguayos

Por Alfredo Carazo

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ya carga un muerto sobre sus espaldas. Es un campesino sin tierra que junto con otros 150 ingresaron a un campo sojero de propiedad de un terrateniente brasileño y fueron desalojados por la policía por orden judicial. La reforma agraria se hace esperar y el ex obispo apenas pudo lograr una tregua de 15 días.

Fernando Lugo, el todavía flamante presidente de Paraguay, al frente de una coalición que dejó en el destierro inmediato al Partido Colorado, a cada rato debe sortear nuevos escollos. La vieja oligarquía asunceña, gran parte de cuyas ganancias provienen de un sistema político prebendario y corrupto, no quiere perder espacio, en tanto los sectores populares empujan hacia arriba apelando a las décadas de desigualdad y olvido.

Uno de los sectores más castigados es el rural, de fuerte influencia en la economía paraguaya y que asienta en la tierra a hombre, mujeres y niños postergados y explotados. No son los dueños de las tierras sino los trabajadores rurales, campesinos sin tierra que intentan subsistir. Por eso, desde hace mucho tiempo, las organizaciones de trabajadores rurales vienen reclamando una reforma agraria que termine con el latifundio, sin que hubieran encontrado voluntad política de quebrar el poder de los que se hicieron de las tierras, en no pocos casos de manera espuria.

Por eso el ex obispo que llegó al palacio Mburuvicha Róga significó una esperanza para terminar no sólo con la venta de tierras a extranjeros que, al igual de lo que ocurre en toda la región, han venido corriendo la fronteras agropecuarias para inundarlas de plantaciones de soja, sino para legalizar la demanda de explotación de la tierra para los que menos tienen. Pero al mandatario no le resulta nada fácil torcerle el brazo a los factores de poder que se han venido beneficiando hasta ahora, razón por la cual los campesinos acentuaron la ocupación de fincas y tierras cautivas, logrando al menos que el Gobierno decidiera como primera medida prohibir su venta a capitales extranjeros.

La confrontación se ha venido agudizando a punto tal que una invasión de campesinos a un campo sembrado de soja propiedad de un terrateniente brasileño, terminó con un trabajador muerto y graves acusaciones cruzadas, porque los productores de soja están acusando a Lugo de incentivar los campesinos para justificar medidas radicales.

Claudia Roser, de la Asociación de Productores de Soja, señala que “yo le advertí al presidente Lugo. Pedimos hablar con él. Tenemos cuatro pedidos de audiencia, pero no tuvimos respuesta. Con su silencio entendemos que no nos va a recibir, que no figuramos en su lista de los que formamos parte de este país. Esta tragedia me hace acordar a esa frase célebre, de que el árbol de la democracia se riega con sangre de patriotas”.

Y añade que “yo le responsabilizo al presidente. Por poco, me faltó arrodillarme para pedirle por favor, que no permita que se desate esta violencia. El tiene al Ministerio de Agricultura y Ganadería. Todos sabemos que las desigualdades de 60 años de coloradismo y 20 años de transición no se van a solucionar de la noche a la mañana, pero se la podía encauzar con inteligencia y con criterio. Sin embargo, la violencia no se puede parar”.

La crisis continuó porque en el departamento Alto Paraná, alrededor de 300 campesinos impidieron el inicio de la siembra de soja en alrededor de 10.000 hectáreas propiedad de pequeños productores.

Más allá de las mutuas acusaciones, Bienvenido Mereles, terminó su vida en un tiroteo entre policías que por una orden judicial querían desalojar un establecimiento sojero que había sido ocupado por 150 campesinos en el departamento del Alto Paraná

Ahora, Lugo logró pactar una tregua de 15 días con las entidades de campesinos, hasta tanto se analice la posibilidad de una reforma agraria, potenciada por el ahora mandatario cuando era un prelado de la Iglesia católica y luego en plena campaña electoral. Claro que cuando llegó a la Presidencia, las cosas se vieron con otro cristal, porque además es un presidente sin partido, con poca fuerza en el Congreso, capitalizado en su mayoría por liberales y seguidores del ex general Lino Oviedo, algunos de cuyos integrantes tienen intereses que se tornan en suficientes argumentos para cerrarle el paso al reclamo campesino.

Si Lugo no logra en poco tiempo cambiar la estructura del campo paraguayo, la tensión se agudizará y puede seguir regando la tierra con sangre campesina. Una situación que se replica en la mayoría de los países latinoamericanos, en algunos como el caso del Brasil que presentan históricamente una larga lucha de “los sin tierra”.

12 de octubre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 2:54 PM

 
El pueblo andino decide

Por Alfredo Carazo

En la mayoría de los países de la región andina, una de las más antiguas en el proceso de integración latinoamericana, las sociedades se enfrentan a procesos electorales que decididamente marcarán su futuro inmediato.


La subregión andina, incluyendo a Chile que también forma parte de ese espacio integrador está siendo atravesada por procesos electores, en al menos cuatro países. Bolivia, Ecuador, Chile y Venezuela tienen fuertes compromisos en los que ciudadanía deberá explicitar el mandato popular. En Bolivia, el presidente, Evo Morales, ya se lanzó a la campaña para empujar a los bolivianos a que acepten el nuevo texto de la Constitución Política del Estado en un referendo dirimitorio que se realizará en enero venidero y que tiene proyecciones futuras, toda vez que luego, será la última vez que el mandatario podrá presentarse a la reelección.

Esta fue la concesión de máxima que el Gobierno y, sobre todo el oficialista Movimiento Al Socialismo, tuvo que hacer para que la oposición aceptara no ponerle palos a la rueda en el Congreso a la hora de votar la convocatoria a referendo el Senado. Morales, sabe que enfrente tendrá una oposición que va más allá del principal partido que se coloca en esa situación. Podemos, que lidera el ex presidente, Jorge Quiroga, se hace fuerte en el Senado pero ahora aparece fragmentado y las huellas de la confrontación con la derecha cívica de los departamentos de la “media luna” lo fue esmerilando. Es ahí, en los departamentos secesionistas donde se incuba el “huevo de la serpiente” y por eso Morales señala que “yo estoy casi seguro, hermanas y hermanos, que las próximas elecciones toda la derecha se va a unir, por instrucción del gobierno de Estados Unidos".

En Ecuador, el presidente, Rafael Correa, viene triunfando reiteradamente en la compulsa ciudadana. Logró imponerse en un primer referendo para la convocatoria a referendo para modificar la Constitución. Luego se impuso en la integración de la Asamblea y finalmente los ecuatorianos le dieron nuevamente la alternativa al aprobar el nuevo texto constitucional. Ahora, en abril del año que viene. Morales deberá revalidar su mandato presidencial en elecciones anticipadas, por lo que nuevamente los ecuatorianos deberán decidir si sigue en Carondelet.

En Chile parece que el Partido Socialista, uno de los dos grandes que integran la coalición gobernante, está intentando afinar su estrategia electoral. Tiene dos precandidatos de peso y uno de ellos deberá dirimir luego la candidatura presidencial de la Concertación con Soledad Alvear o Eduardo Frei de la democracia Cristiana. Hasta ahora el que primero salió al ruedo fue el actual secretario general de la OEA, José María Insulza, quien en poco tiempo dejará el cargo para sentirse más suelto. Enfrente, lo tiene al ex presidente, Ricardo Lagos, quien en un principio se sintió molesto por la exigencia de las internas, pero finalmente y desde París, confirmó que estaba dispuesto a aceptar el desafío. De todas maneras, el socialismo sabe que la derecha democristiana es fuerte y que de no mediar un acuerdo interno entre los dos precandidatos, la sucesión en La Moneda no está del todo clara.

En Venezuela, Hugo Chávez, deberá leer cuidadosamente el mensaje de las urnas en las elecciones regionales y municipales. A pesar de su liderazgo y de sus esfuerzos no logró unificar a toda la tropa y finalmente en el escenario electoral el oficialismo aparece fragmentado en algunas regiones. La elección es clave de cara a las presidenciales y tanto el mandatario como sus seguidores lo saben, razón por la cual se ha involucrado personalmente en la campaña.

No puede dejar de mencionarse que Colombia también debe dirimir su futuro. El presidente, Alvaro Uribe, ya ha dicho que no aspira a una nueva reelección para lo cual habrá que volver a modificar la Constitución. Sin embargo, no ha hecho nada para desactivar a distintas agrupaciones que salieron a recolectar firmas para lograr ese cometido, que es acompañado por legisladores oficialistas. Uribe sigue teniendo una fuerte imagen por su lucha contra la inseguridad, pero ese idilio con la sociedad se está consumiendo. La seguridad ya no tanta como se pregona. La corrupción, sobre todo en las filas de las Fuerzas Armadas, lo obliga a purgar internas que lo sumen en el desasosiego y su viejo aliado, George W. Bush, se está despidiendo de la peor manera de la Casa Blanca, sin haber logro que el Congreso le aprobara el Tratado de Libre Comercio, por las acusaciones de violaciones a los derechos humanos.

La región andina, una de las más antiguas en el proceso de integración en América latina, está dilucidando su futuro desde el centro hacia los extremos, con liderazgos que son permanentemente interpelados y que serán puestos a prueba en medio de la crisis financiera internacional provocada por los países ricos, sobre todo por los Estados Unidos, que arrastra de esta manera a los países con economías emergentes que quieren salir de la pobreza y la exclusión social.

23 de noviembre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 2:52 PM

 
Bolivia otra vez al referendo

Por Alfredo Carazo

En enero, los bolivianos irán a un referendo dirimitorio de la nueva Constitución Política del Estado, tras un acuerdo entre el Gobierno y la oposición. El presidente Evo Morales podrá ser reelecto una sola vez y la oposición aspira a posicionarse mejor para disputarle el poder que le quiso arrebatar buscando el golpe de Estado y en medio de la “masacre de Pando”.


Gobierno y oposición salieron lesionados de la última pulseada. Pero fue la única manera de destrabar un conflicto que llena de incertidumbre a los bolivianos y de violencia e irracionalidad la vida política del país, afectando seriamente la institucionalidad. El presidente, Evo Morales y su partido, el Movimiento al Socialismo, aceptaron modificar algo de la nueva Carta Magna, sobre todo arriesgarse, porque el mandatario podrá ser reelecto, pero sólo por esta vez, luego deberá dejar definitivamente el palacio Quemado. Para la oposición fue un triunfo, pese a lo cual, el principal partido que tiene a su bancada como mayoritaria en el Senado, quedó fracturado, con lo cual peligra su futuro al menos de manera inmediata.

En el medio, Morales tuvo que levantar el estado de sitio en el departamento de Pando, escenario de los hechos más violentos de los últimos meses en el marco de uno de los mayores enfrentamientos entre los alcaldes de la “media luna” con el poder central, liderados por Santa Cruz. Primero fue una advertencia del poder electoral sobre la posibilidad de abrir un nuevo frente conflictivo de cara al referendo dirimitorio del mes de enero. Casi paralelamente, el partido Poder Democrático y Social, liderado por el ex presidente, Jorge “Tuto” Quiroga, cuya candidatura presidencial conquistó un poco menos del 30 por ciento del electorado, amenazó con trabar importantes proyectos en la Cámara de Senadores, que controla, si no se levantaba el estado de sitio en Pando, lo que finalmente consiguió.

Lo de Pando fue una masacre como lo denunciara en el mes de septiembre el presidente, Evo Morales. En Cobija, parapoliciales manejados por la oposición se enfrentaron a campesinos que apoyaban al Gobierno, asesinando al menos a 18, en tanto se calcula que, encerrados en una emboscada no menos de 100 se arrojaron al río en la selva amazónica y desaparecieron. Con el estado de sitio, el Gobierno detuvo y puso a disposición de la Justicia al gobernador, Leopoldo Fernández, confinándolo a una prisión de La Paz, a pesar de la exigencia de la Corte Suprema de Justicia de enviarlo a Sucre.

La masacre fue confirmada recientemente por una “Comisión de Unasur para el Esclarecimiento de los hechos de Pando”, integrada tras una cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas realizada en Chile, que le dio un fuerte respaldo de la subregión al presidente Morales. Según los investigadores “con expertos forenses, peritos en balística e informática, hicimos un trabajo de campo entrevistando a gente de las dos partes. Estuvimos en Beni, en Pando, en Brasil, hablamos también con los detenidos tras la declaración del estado de sitio… hubo decenas de heridos, la mayoría por balazos aunque también por machetes. Vimos sus heridas, hablamos con todos. Incluso algunos heridos fueron salvajemente golpeados mientras bajaban de las ambulancias para ir al hospital".

El referendo dirimitorio se realizará el 25 de enero y los bolivianos deberán determinar si aceptan o no la nueva Constitución Política del Estado, que el presidente Evo Morales considera imprescindible para profundizar las transformaciones hacia una “nueva Bolivia” y a la que se oponen los sectores más concentrados de la economía que vieron perjudicados sus intereses expoliadores de las mayorías populares. Más de un año costó llegar a esta instancia, plagada de amenazas secesionistas del liberalismo económico que controla a las regiones más ricas del país. Posición que no ha logrado sin embargo materializarse en voluntades populares. Toda vez que la oposición ha quedado enfrentada con las urnas perdió. Incluso cuando en una jugada fallida, forzó desde el Parlamento un referendo con la intención de revocarle el mandato a Evo Morales. El presidente fue confirmado en su cargo por más del 68 por ciento, aunque también lo fueron la mayoría de los prefectos que se le oponen.

Ahora, el desafío para el Gobierno pasa por reafirmar el texto de la Constitución con algunos cambios consensuados con la oposición y para quienes están en la vereda de enfrente, se trata de evitar una atomización interna que haría peligrar su futuro. El derechista Podemos ya aparece dividido entre halcones y palomas, una confrontación que no parece zanjar la mano de Jorge Quiroga, por lo que para acrecentar la base de sustentación acudió a una alianza estratégica con la también derechista Democracia Cristiana y otras agrupaciones menores, conformando la Concertación Podemos-PDC, estructura con la que se presentarán en las elecciones del año que viene.

Podemos nació en el año 2005 de una conjunción entre los partidos Acción Democrática y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, para enfrentarse al Movimiento al Socialismo, de Evo Morales. Pero no lo logró y Morales ingresó al Quemado al año siguiente como el primer presidente indígena de este país, cuya mayoría proviene de los pueblos originarios, pero que siempre fue gobernado por blancos, incluso uno de ellos, Gonzalo Sánchez de Lozada, actualmente con pedido de extradición a Estados Unidos, apenas si sabía hablar bien el castellano.

No toda la bruma se ha disipado en el horizonte boliviano. Morales no quiere bajar la guardia porque conoce a sus enemigos. Quienes controlan políticamente a las regiones más ricas del país quieren que los “cholos de mierda” se queden en sus tierras y los dejen manejar sus pingues negocios sin control del Estado. Han conformado bandas facciosas armadas capaces de enfrentarse hasta a las mismas fuerzas policiales y militares llegado el caso. Nacidas bajo el influjo de la “falange” de la española de José Antonio Primo Antonio de Rivera, pero con características propias, sus dirigentes han manifestado su vocación de alzamiento a los cambios que vienen siendo apoyados por las mayorías populares bolivianas. Enero será otro mes caliente en Bolivia. La campaña ya se lanzó y el propio presidente, Evo Morales, se puso al frente.

16 de noviembre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 2:51 PM

 
Las hegemonías políticas chilenas en duda

Por Alfredo Carazo

El Socialismo y la Democracia Chilena gobernaron alternadamente en Chile durante dos décadas. En parte los aglutinaba férreamente un sistema político cerrado con la llave impuesta por el dictador Augusto Pinochet. Pero con su desaparición las compuertas parecen abrirse y por primera vez, la derecha ausculta la posibilidad de torcer el rumbo y treparse a La Moneda.


Augusto Pinochet y su dictadura no están. Aunque algunos de sus seguidores se reciclaron en la política. La gobernante Concertación de Partidos por la Democracia, que integran como agrupaciones mayoritarias el socialismo y los demócratas cristianos, entre otros socios menores, está sufriendo una crisis de identidad política, además del desgaste de la gestión. Hoy por hoy nadie es capaz de asegurar que la sucesión de la presidenta, Michelle Bachelet, esté asegurada y no le tenga que colocar los atributos de mando a un candidato triunfante de la derecha.

Durante la dictadura y en los primeros años de la democracia, el abroquelamiento desde el centro hacia la izquierda, estaba signado por la figura del dictador, tan omnipresente en la política chilena como que hasta ahora la Concertación no logra realizar una profunda reforma política para abolir la estrechez en que la dejó. Pero transcurrido el tiempo, comenzaron a delinearse las internas, con sus alas diferenciadas al interior de cada partido de cara a las presidenciales del año que viene.

Un proceso que está eclosionando primero en el Socialismo y que tuvo una aproximación de resultados con las elecciones parciales realizadas recientemente, en las que el oficialismo perdió importantes comunas en todo el país y hasta en Santiago a manos de la oposición de derecha.

En el Socialismo, se vislumbraban dos precandidatos que deberían dirimir sus aspiraciones y ambos de envergadura. Desde un primer momento algunas líneas internas anticiparon lo difícil de la contienda presidencial y abrigaron la esperanza de repetir con el ex presidente, Ricardo Lagos. Pero el primero que picó en punta fue el actual secretario general de la OEA, José Manuel Insulza, por lo que Lagos desistió de confrontar.

Las especulaciones giraron en torno a que el ex mandatario reclamaba un gesto del Partido Socialista, algo así como un “operativo clamor” que lo desligara del compromiso de la interna partidaria. Y en rigor de verdad, aunque hacia afuera se proclamó alejado de la candidatura, comenzó a maniobrar para que otros la lanzaran nuevamente, obligando a una solución en el corto plazo.

En la Democracia Cristiana las cosas tampoco están tan claras. La senadora Soledad Alvear, fue vencida en el turno anterior y en las internas de la Concertación, como precandidata presidencial por Michelle Bachelet y de esta forma el socialismo acumula ya dos mandatos en La Moneda. Los democristianos claman por volver a la Presidencia, pero en la interna está jugando además de una izquierda no demasiado consolidada, un centroderecha que intenta colocar al frente al ex presidente, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien sucedió a Patricio Aylwin, el ex presidente democristiano de la transición democrática.

Las elecciones municipales de octubre pasado prendieron una luz roja de alerta en el oficialismo a diestra y a sinestra. La Concertación viene gobernando desde 1989 bajo el sistema binominal que dejó como pesada herencia Pinochet. Hasta ahora, siempre se había congeniado dentro del espacio común, conteniendo a las expresiones que no podían competir, lo que obligaba casi a listas únicas. Ahora fue distinto. El cerco se abrió y la coalición opositora, Alianza por Chile, ganó espacios en un horizonte futuro impensable. Esto significó la pérdida de un solo golpe de casi 60 alcaidías, por lo que si se repite el escenario para el año que viene, las dos décadas de la Concertación tiemblan.

Tampoco esta situación plagada de internismos de los que parecía excluirse el oficialismo chileno, significa una transferencia lineal de votos hacia la coalición de derecha, que siempre se colocó como “alternativa” sin llegar a cautivar a la mayoría de los chilenos. En número de votos, la derecha se alzó con algo más de dos puntos sobre el oficialismo, que además fue dividido y en listas separadas en muchas alcaidías.

Para la Concertación, de continuar en alianza los dos partidos mayoritarios y cualquiera fuera la resolución interna el desafío es volver a cautivar, a seducir al conglomerado del pacto extraparlamentario “Juntos Podemos Más”, hegemonizado por el Partido Comunista, aunque en estas elecciones nuevamente lograron menos del 10 por ciento de los votos, lo que los inhabilita para ser una fuerza de peso. Esta pequeña coalición, además del comunismo tradicional, alberga en su seno a la izquierda democristiana y al Partido Humanista en tanto la Concertación aceptó no presentar candidatos a alcaldes en aquellas comunas en las que el comunismo los presentaba.

Otra pequeña fuerza a tener en cuenta es una alianza de dirigentes surgidos de la propia Concertación, que prefirieron hacer rancho aparte y tentar a los votantes. Se trata de “Por un Chile Limpio” que juega a la oposición y que espera poder negociar algún lugar parlamentario de la mano de derecha, si se tiene en cuenta su marcado sesgo anticomunista.

A diferencia de lo que suele sostenerse, Chile y su sistema político partidario no es impermeable a los estándares del resto de los países de la región. Quizás es más disimulable en cuanto a ventilar los trapitos que suelen lavarse puertas adentro. Pero así como la sociedad tiene una fuerte fractura entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres, así también derechas e izquierdas en todas sus gamas, tornan grisáceo el futuro de las hegemonías políticas que se iniciaron con una alternancia hace casi dos décadas atrás.


9 de noviembre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 2:50 PM

 
Una minga en Colombia
Por Alfredo Carazo

Primero fue el conflicto con los cortadores de caña de azúcar. Luego por más de un mes, Colombia se vio sacudida por una huelga de jueces y trabajadores de la Justicia que recién fue neutralizado parcialmente. Pero ahora, el presidente, Alvaro Uribe, se enfrenta a un a rebelión de más de un millón de indígenas que reclaman el cumplimiento de compromisos contraídos.

“Compremos las tierras y quitémonos ese problema de encima”, gritó a sus colaboradores el presidente de Colombia. Alvaro Uribe, quien se encontró de golpe y sin anunció previo con más de un millón de indígenas de todo el país, cortando las rutas, entre ellas la Panamericana, principal vía comercial con Ecuador. Los pueblos originarios de las etnias paez y embera-chamí están en pie de guerra y no se amilanan ante la represión ejercida por fuerzas policiales que derivo en algunos muertos y más de 100 heridos.
Uribe, viene de neutralizar un serio conflicto con jueces y trabajadores judiciales que duró más de dos meses y medio y lo obligó a declarar el estado de emergencia. Pero ahora al mandatario le recordaron con una minga –jornada comunitaria- compromisos que contrajo y que no cumplió. Por eso exigió que el Ministerio de Agricultura cumpla “con esos compromisos, que vienen de atrás pero los honramos”. Sin embargo, se negó a hacer retroceder a los efectivos represivos señalando que “en Colombia no hay territorios vedados a la fuerza pública; la Policía y el Ejército no se mueven ni un milímetro”.
El epicentro del conflicto es la región del Cauca, aunque se extiende por todo el país. Luis Arias, al frente de la Organización Nacional Indígena de Colombia, señala que “la protesta es por tiempo indefinido, hasta que el presidente nos escuche y llevaremos los ataúdes de nuestros muertos hasta Cali” que es la capital del departamento del Valle del Cauca, suroeste de Bogotá.
Los acuerdos a que se refieren fueron suscritos en el año 2005 por Alvaro Uribe, pero se fueron postergando en el tiempo y se refieren a las tierras, el respeto a sus derechos,, la neutralidad frente al conflicto armado y la firma de la Convención de los Derechos Indígenas de las Naciones Unidas.
Para el Gobierno, detrás de esta protesta al igual que ocurriera no hace mucho con el conflicto de los cortadores de caña de azúcar, esta la guerrilla de las FARC, pero las organizaciones de los pueblos originarios niegan que haya infiltrados “ni ningún interés oscuro”. Añaden que “hay 400 mil indígenas en todo el país que no tienen tierras; nosotros no somos terroristas, no necesitamos el apoyo de nadie para expresarnos, queremos que se cumplan compromisos que vienen de muchos años”. Ya hay mediaciones por parte de las Naciones Unidas y de la OEA, pero el conflicto parece tener una envergadura mayor a la que le adjudican algunos integrantes del oficialismo, porque no se trata simplemente de la compra de tierras, sino de honrar esos compromisos que significa avanzar en derechos de los indígenas c cada vez más desplazados de sus tierras por el conflicto interno que sacude a Colombia desde hace décadas.

19 de octubre de 2008.

posted by Alfredo Jorge at 2:49 PM

 
Problemas para campesinos paraguayos

Por Alfredo Carazo

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ya carga un muerto sobre sus espaldas. Es un campesino sin tierra que junto con otros 150 ingresaron a un campo sojero de propiedad de un terrateniente brasileño y fueron desalojados por la policía por orden judicial. La reforma agraria se hace esperar y el ex obispo apenas pudo lograr una tregua de 15 días.

Fernando Lugo, el todavía flamante presidente de Paraguay, al frente de una coalición que dejó en el destierro inmediato al Partido Colorado, a cada rato debe sortear nuevos escollos. La vieja oligarquía asunceña, gran parte de cuyas ganancias provienen de un sistema político prebendario y corrupto, no quiere perder espacio, en tanto los sectores populares empujan hacia arriba apelando a las décadas de desigualdad y olvido.

Uno de los sectores más castigados es el rural, de fuerte influencia en la economía paraguaya y que asienta en la tierra a hombre, mujeres y niños postergados y explotados. No son los dueños de las tierras sino los trabajadores rurales, campesinos sin tierra que intentan subsistir. Por eso, desde hace mucho tiempo, las organizaciones de trabajadores rurales vienen reclamando una reforma agraria que termine con el latifundio, sin que hubieran encontrado voluntad política de quebrar el poder de los que se hicieron de las tierras, en no pocos casos de manera espuria.

Por eso el ex obispo que llegó al palacio Mburuvicha Róga significó una esperanza para terminar no sólo con la venta de tierras a extranjeros que, al igual de lo que ocurre en toda la región, han venido corriendo la fronteras agropecuarias para inundarlas de plantaciones de soja, sino para legalizar la demanda de explotación de la tierra para los que menos tienen. Pero al mandatario no le resulta nada fácil torcerle el brazo a los factores de poder que se han venido beneficiando hasta ahora, razón por la cual los campesinos acentuaron la ocupación de fincas y tierras cautivas, logrando al menos que el Gobierno decidiera como primera medida prohibir su venta a capitales extranjeros.

La confrontación se ha venido agudizando a punto tal que una invasión de campesinos a un campo sembrado de soja propiedad de un terrateniente brasileño, terminó con un trabajador muerto y graves acusaciones cruzadas, porque los productores de soja están acusando a Lugo de incentivar los campesinos para justificar medidas radicales.

Claudia Roser, de la Asociación de Productores de Soja, señala que “yo le advertí al presidente Lugo. Pedimos hablar con él. Tenemos cuatro pedidos de audiencia, pero no tuvimos respuesta. Con su silencio entendemos que no nos va a recibir, que no figuramos en su lista de los que formamos parte de este país. Esta tragedia me hace acordar a esa frase célebre, de que el árbol de la democracia se riega con sangre de patriotas”.

Y añade que “yo le responsabilizo al presidente. Por poco, me faltó arrodillarme para pedirle por favor, que no permita que se desate esta violencia. El tiene al Ministerio de Agricultura y Ganadería. Todos sabemos que las desigualdades de 60 años de coloradismo y 20 años de transición no se van a solucionar de la noche a la mañana, pero se la podía encauzar con inteligencia y con criterio. Sin embargo, la violencia no se puede parar”.

La crisis continuó porque en el departamento Alto Paraná, alrededor de 300 campesinos impidieron el inicio de la siembra de soja en alrededor de 10.000 hectáreas propiedad de pequeños productores.

Más allá de las mutuas acusaciones, Bienvenido Mereles, terminó su vida en un tiroteo entre policías que por una orden judicial querían desalojar un establecimiento sojero que había sido ocupado por 150 campesinos en el departamento del Alto Paraná

Ahora, Lugo logró pactar una tregua de 15 días con las entidades de campesinos, hasta tanto se analice la posibilidad de una reforma agraria, potenciada por el ahora mandatario cuando era un prelado de la Iglesia católica y luego en plena campaña electoral. Claro que cuando llegó a la Presidencia, las cosas se vieron con otro cristal, porque además es un presidente sin partido, con poca fuerza en el Congreso, capitalizado en su mayoría por liberales y seguidores del ex general Lino Oviedo, algunos de cuyos integrantes tienen intereses que se tornan en suficientes argumentos para cerrarle el paso al reclamo campesino.

Si Lugo no logra en poco tiempo cambiar la estructura del campo paraguayo, la tensión se agudizará y puede seguir regando la tierra con sangre campesina. Una situación que se replica en la mayoría de los países latinoamericanos, en algunos como el caso del Brasil que presentan históricamente una larga lucha de “los sin tierra”.

12 de octubre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 2:47 PM

 
Amigos son los amigos
Por Alfredo Carazo

El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, se despidió de su homólogo norteamericano, George W. Bush. Ambos ratificaron una amistad cimentada en años de compartir lugares y visiones comunes en la subregión, pero con el sabor amargo de no haber podido lograr que el Congreso de Estados Unidos apruebe el Tratado de Libre Comercio con Colombia.

“En usted tuve un buen amigo y fue un placer trabajar juntos. Encontré a un hombre honesto y abierto que merece el respaldo de este país; yo ya me voy, pero el nuevo presidente y el nuevo Congreso deben pararse a su lado”. De esta forma, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, despidió en la Casa Blanca, al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, su mejor amigo y aliado desde que éste último accediera al Palacio Nariño, e iniciara la más grande ofensiva contra la guerrilla de las FARC y el narcotráfico.
No podía ser de otra manera, porque Uribe, quien lo visitó en Washington en más de diez oportunidades, comió de la mano de Bush a través del Plan Colombia y sus accesorios, pero en contrapartida el presidente americano se sirvió de él como un ariete fronterizo contra la Venezuela de Hugo Chávez.
Claro que a ambos les hubiera gustado mucho más ponerle el moño a esa vieja amistad con la aprobación por parte del Congreso del Tratado de Libre Comercio. Pero republicanos y demócratas están ahora en otros menesteres y a Bush, en su ocaso como inquilino de la Casa Blanca, hasta le cuesta que le aprueben algunos dinerillos para que el Estado deje de lado la antigualla del neoliberalismo de mercado y practique la más fabulosa intervención en las finanzas de que se tenga memoria.
Para Bush, la no aprobación del Tratado con Colombia es una derrota tremenda. Además de México, pudo hacerlo con Chile, con Centroamérica y República Dominicana y hasta con Perú, pero no lo ha logrado en este caso, a pesar de significar que “si no es aprobado, se fortalecerán las voces populistas en nuestro vecindario”, entendiendo por tal a Venezuela y otros países del Sur y hasta centroamericanos que hoy tienen otra mirada.
Como Uribe no se priva de nada, en su estadía también interesó a la candidata a vicepresidenta republicana, Sarah Palin, siguiendo los consejos de Bush de conmover a quien se supone puede llegar a influir en el Congreso si triunfa John McCain. Por los demócratas apenas si se atrevió con el ya casi retirado Bill Clinton. Para ambas reuniones, Uribe señaló que constituyen “parte de los esfuerzos que adelanta Colombia para buscar una aproximación bipartidista en Estados Unidos, con el fin de lograr la aprobación del Tratado de Libre Comercio y fortalecer las relaciones diplomáticas entre los dos países”.
El asesinato de dirigentes sindicales, los abusos contra los derechos humanos y los nexos políticos con los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia, son las principales objeciones que la bancada demócrata del Senado y hasta algunos republicanos colocan a la hora de iniciar cualquier discusión al respecto, aún ante la insistencia de Uribe, que ve escurrirse de entre las manos uno de los logros que más apreciaría.
Bush aprovechó la Asamblea de las Naciones Unidas, para reunirse con los presidentes de los países latinoamericanos que tienen Tratado de Libre Comercio en vigencia, entre ellos la presidenta de Chile, Michelle Bachelet y logró sacarles un pronunciamiento que insta al Congreso norteamericano a darle luz verde al acuerdo con Colombia a lo que se agrega Panamá. Es que las cosas cada vez se agravan más, porque además de los numerosos congresistas colombianos que están en prisión o sospechados de tener nexos con los paramilitares, la policía acaba de detener en Medellín, a Guillermo León Valencia, hermano del ministro del Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio, quien está acusado además de la “parapolítica”, de enriquecimiento ilícito y concierto para delinquir.
Es posible que al presidente Bush no le impresionen demasiado estos cargos, toda vez que los paramilitares también sirvieron a los intereses de Estados Unidos, apoyando a las tropas que bajo el pretexto de cooperación humanitaria, velan en Colombia por la seguridad de los ductos que transportan petróleo. Por eso, el mandatario considera que la relación con Colombia y su Gobierno actual es “estratégica” además de comercial. Incluso porque el canje por ese tratado sería la instalación de una base militar que reemplace a la de Manta en Ecuador, que deberá dejar en poco tiempo. Amigos son los amigos, aunque no siempre puedan ser cumplidores de las promesas de mutua colaboración geopolítica.

28 de septiembre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 2:45 PM

 

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