Alfredo Carazo - Periodista

Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial





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Monday, September 15, 2008

 
Creciente violencia en Latinoamérica

Por ALFREDO CARAZO

América latina sigue desangrándose por la inequidad social, a lo que se agrega la creciente violencia desatada, sobre todo en Centroamérica y México, por el crimen organizado y el narcotráfico. La mayoría de los negocios tienen como destino Estados Unidos. La droga viaja en mejores condiciones de cómo lo hacen los migrantes que intentan cruzar la frontera amurallada en busca del supuesto “sueño americano”.

Estados Unidos se precia de contener y ayudar a sus socios y ha ido extendiendo las fronteras, como si fuera las plantaciones de soja en la subregión sureña. A los acuerdos comerciales con México, le ha anexado el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana, aunque en ninguno de los casos, los países ingresados a su poder hegemónico se han beneficiado. Al menos en lo que se refiere al desarrollo integral de sus pueblos cada vez más sometidos y estragados por la mano del mercado. En cambio, drogas y narcotraficantes siguen una ruta que se expande cada vez más y que tiene como destino final el país del Norte.
Pero además, Tanto México como Centroamérica, son presa de la violencia cada vez más creciente del crimen organizado y el narcotráfico. Algunos presidentes se ilusionaron con la presencia de fuerzas militares norteamericanas en la subregión, pero en realidad son emplazadas para cuidar los intereses de su país. Y no es que Estados Unidos deba cuidar de la seguridad interna de los países latinoamericanos. Cuando lo hizo utilizó a las Fuerzas Armadas con ese argumento pero para derrocar gobiernos democráticos. Pero de todas maneras, el neoliberalismo ha venido planteando que el libre mercado, la competitividad en los negocios y las relaciones con el imperio, se convertirían en la mejor receta para el desarrollo de los pueblos y también para aventar la inseguridad y erradicar la violencia.
Un informe que recientemente divulgara el Consejo Nacional de Seguridad Pública de El Salvador, actualmente con un Gobierno aliado incondicional de Estados Unidos, revela que Centroamérica “es la subregión más violenta de Latinoamérica y el mundo”.
Se habla de un promedio de 36 homicidios por cada 100 mil habitantes y El Salvador está a la cabeza con un promedio de 67,8. Luego siguen Guatemala. Honduras, Belice, Nicaragua y así sucesivamente. Pero además, el informe señala que “los costos económicos de la violencia en Centroamérica en 2006 alcanzaron un monto aproximado a 6 mil 506 millones de dólares, equivalente a 7.7 por ciento del Producto Interno Bruto de la región”.
En Guatemala, organizaciones de derechos humanos contabilizan que en lo que va del año se produjeron 1.600 homicidios y esta violencia “imponen una enorme carga sobre los países, tanto en términos humanos como económicos”.
En México, el presidente, Felipe Calderón, no ha podido ni siquiera morigerar el accionar de bandas criminales organizadas en distintos estados y de narcotraficantes que se aniquilan entre sí. Recientemente ha apelado a los gobiernos estaduales y municipales buscando integrar una red de información de la inseguridad lo que agrega el reclamo de la ciudadanía para que se depuren los cuerpos policiales. Calderón recibió la herencia de su antecesor, Vicente Fox, de su mismo signo político, pero la acrecentó a pesar de sus promesas de campaña y de la creación de cuerpos de elite que hasta el momento se han mostrado ineficientes. Hay ciudad enteras que son copadas literalmente por criminales y narcotraficantes sembrando el terror y colocando al país en el primer lugar en el mundo, entre los más afectados por los secuestros extorsivos.
Toda la subregión aparece además teñida por las pandillas juveniles o “maras” que sólo han tenido como respuesta por parte de los gobiernos de derecha la judicialización de niños y jóvenes sin futuro en sociedades que tampoco parecen tenerlo. Honduras aparece en este cuadro con un promedio de 500 pandilleros por cada 100 mil habitantes y todos los análisis de situación indican que “a la epidemia de violencia y homicidios en Centroamérica, se suma el fenómeno del crimen organizado y el narcotráfico, ya que se considera a la región como una zona de tránsito por donde pasa el 88 por ciento de la droga que se consume en los Estados Unidos”.
De qué vale entonces el crecimiento macroeconómico, los vaivenes de los mercados, las imposiciones económicas y financieras de los organismos multilaterales de crédito externo, los tratados de libre comercio, si los gobiernos no están en capacidad siquiera de garantizar la vida de la gente. Bienes y haciendas representan en estos países latinoamericanos mucho más que las vidas humanas y hasta que la calidad de vida digna. Y así se la menosprecia cada vez que se violenta de una u otra forma la voluntad soberana de cambio, de transformación, de recuperación identitaria, de integración sobre todo de liberación. Porque seguramente, los ciudadanos latinoamericanos, la mayoría de los cuales viven en una región inequitativa como pocas y en medio de la pobreza e indigencia, cambiarían todo por vivir en paz, creciendo con el trabajo fecundo de sus manos y construyendo nuevas realidades que los contenga.

17 de agosto de 2008.

posted by Alfredo Jorge at 5:12 PM

 
Xenofobia fascista en Bolivia

Por ALFREDO CARAZO


Para el presidente, Evo Morales, ya se han agotado todas las posibilidades de diálogo con la oposición. El vicepresidente, Alvaro García Linera, todavía intenta acordar con los prefectos de la zona más rica el referendo para ratificar la Constitución a cambio de discutir luego las autonomías regionales y hasta una reforma fiscal. Pero los “blancos” quieren que “los collas de mierda se vayan a sus tierras”.


No es nuevo pero está recrudeciendo. No se trata de xenofobia contra bolivianos en otros países, latinoamericanos o europeos. Es al interior profundo de Bolivia. En la “media luna” rica de los departamentos del Beni, Santa Cruz, Pando y Tarija, donde los “blancos” reniegan de la ascendencia y entidad indígena mayoritaria en el país.

Grupos de jóvenes, identificados en entidades juveniles preferentemente y opositores acérrimos al presidente, Evo Morales, arremeten violentamente contra hombres, mujeres y niños a los que identifican como procedentes de las “tierra altas” del Altiplano. Las frases que se están haciendo comunes duelen más que en los oídos, porque está desenmascarando una confrontación intestina que va mucho más allá de lo ideológico o lo político.

“Collas de mierda; que se vayan a su tierra los indios de mierda”, gritan por las calles de algunas de esas ciudades capitales de departamento, en algunos casos montados en vehículos que circulan por los centros comerciales, ostentando simbología nazi.

Aunque no se le preste demasiada atención, Bolivia está sensibilizándose cada vez más hacia la crisis institucional. Pero sobre todo a un quiebre de su propia nacionalidad que nadie atina a determinar si no terminará en secesión, tal como quieren los prefectos opositores. Cada paso del Gobierno constitucional es rechazado de plano por la oposición, a punto tal que el presidente, Evo Morales, ha señalado que todas las posibilidades de dialogó “se han agotado”.

Sin embargo, hay sectores oficiales que siguen intentando casi lo imposible, como es convencer al denominado Consejo Nacional Democrático para que reduzca el clima de beligerancia que en estos momentos llega hasta el corte las rutas principales, con amenazas de detener el suministro de gas a Brasil y la Argentina, empujando al poder central al incumplimiento de los pactos subregionales.

Como presidente en ejercicio –Evo Morales emprendió una gira que lo llevó hasta Irán- el vicepresidente, Alvaro García Linera, ofrece cambiar el decreto supremo que convoco a un referendo dirimitorio para determinar la vigencia de la Constitución Política del Estado, por un proyecto de ley enviado al Congreso, siempre y cuando se pacte en el Senado, en manos de la oposición del partido Podemos, la exigencia de 250 mil firmas de ciudadanos que lo pidan expresamente. García Lineras además, propuso que se aprobara la Constitución para de manera inmediata comenzar a discutir el controvertido tema de las autonomías regionales en los departamentos donde por referendo ya han sido aprobados estatutos autonómicos y hasta un nuevo pacto fiscal.

García Lineras sostiene que “hemos hecho todos los esfuerzos, hemos agotado todas las opciones posibles imaginables de diálogo, concertación de la modificación del texto y nunca hemos encontrado una actitud prepositiva”. Y añade que “el proyecto de la nueva Constitución tiene una serie de artículos transitorios que prevén que una vez aprobado entra o se pone en marcha un proceso completo de renovación de autoridades comenzando del presidente de la República, el vicepresidente de la República y de los congresistas, por supuesto".

Esto en la práctica es reconocer que a pesar de haber triunfado más que holgadamente Evo Morales, en el referendo revocatorio, estaría dispuesto a adelantar las elecciones generales para renovar todo el cuadro de autoridades del país, abriendo una nueva etapa.

La “iniciativa ciudadana” que propone el Gobierno a la oposición podría ser una salida de respuesta a quienes desde la oposición califican la gestión de Evo Morales como dictatorial. Pero para eso, habría que desarmar las tensiones y sobre todo opacar y hasta exterminar la xenofobia de las regiones más ricas de Bolivia, contra las mayorías pobres e indígenas, algo difícil de concretar en el corto plazo. Son esas minorías las que han desangrando permanentemente la historia de este país latinoamericano, gobernado por décadas a través de la mano siempre visible de las transnacionales que expoliaron sus recursos naturales, con el apoyo del cipayismo –tal como lo denominaba Arturo Jauretche- que reniega de la sangre ancestral.

7 de septiembre de 2008

posted by Alfredo Jorge at 5:11 PM

 
Del Cáucaso a América latina sin escalas

Por ALFREDO CARAZO

Nadie quiere imaginarse el retorno a la “guerra fría” que al menos teóricamente se clausuró con la caída del Muro de Berlín. Sin embargo, una bengala que incendió las relaciones entre Rusia y Georgia, activó la luz de alerta. Del Cáucaso hasta América latina hay mucho trecho, poro ya tenemos la IV Flota de Estados Unidos y la avanzada de una flota rusa que se instará en las costas venezolanas.



En geopolítica internacional las piezas nunca se mueven sólo por capricho. Puede haber desplazamientos “preventivos”, como le ha dado en llamar el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, cuando atacó a Iraq, o presuntamente para instaurar un régimen político un tanto a imagen del invasor, o se puede invadir simplemente para correr las fronteras hegemónicas y asegurar el imperio.

Cuando Estados Unidos colocó en los mares latinoamericanos la IV Flota, operada por el Comando Sur y con base en La Florida, estaba dando una señal distintiva de que si bien la región no le interesa demasiado en cuanto a su desarrollo, en cambio sí quiere asegurarse que los nuevos vientos no terminen instalando enclaves que lo presionen a retaguardia.

Pero en otra región apartada de estas latitudes, a Europa y al país del Norte, comenzó a preocuparle la crisis entre Rusia y Georgia, que concluyó, al menos en las declaraciones con la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. Como en los mejores momentos de la “guerra fría”, ambas potencias intercambiaron acusaciones y Estados Unidos puso en estado de alerta a la OTAN, mientras firmaba un acuerdo con la República Checa para instalar un escudo antimisiles, con el argumento de que Europa central debía resguardar su integridad ante la evidencia del crecimiento nuclear de Irán.

El presidente Dimitri Medvedev, afirmó que “Rusia es un Estado al que en adelante tendrán en cuenta; el país nunca permitirá que atenten contra la vida y la dignidad de sus ciudadanos”. La respuesta de la Casa Blanca al conflicto del Cáucaso, fue suspender un acuerdo de cooperación nuclear pacífica entre ambos países que ya había sido aprobado por el Congreso.

En este inicio de episodios que conlleva comunicados van y comunicados vienen; declaraciones van y declaraciones vienen, América latina comienza a sentirse involucrada. Y es posible que el momento haya sido el propicio para que Rusia comience a desplegar su armamento que ahora pasará a ser observado con mayor insistencia por la Inteligencia de Estados Unidos a través de la IV Flota.

La primera preocupación por el renacer de la Marina norteamericana después de décadas en este lugar del mundo, fue Brasil. Incluso desde el Parlamento se pidieron explicaciones que no conformaron. Pero al presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, le dieron mayor argumento a su propuesta de armonizar con los países de la subregión una fuerza de defensa propia, cuyo grupo de trabajo integrado por representantes de las tres Fuerzas Armadas, fue abrochado recientemente en Brasilia en ocasión de la visita oficial de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Lula quiere tener constituida este año esa fuerza conjunta, habida cuenta que en América del Sur, Colombia y Venezuela, ambos vecinos, han hecho crecer sus dotaciones y pertrechos militares, con el aporte de Estados Unidos el primero y de Rusia el segundo.

A la IV Flota no se le ha dado la importancia que tiene con relación al patrullaje de nuestros mares y hasta la posibilidad de ingresar a “aguas marrones” de nuestros países. Pero la Cancillería rusa sorpresivamente adelantó que “antes de fin de año, como parte de una expedición de larga distancia, hemos planificado la visita de una flotilla rusa a Venezuela y estacionar temporalmente aviones antisubmarinos de la Marina rusa en un aeropuerto en Venezuela". La flotilla estará integrada por el crucero a propulsión nuclear "Pedro el Grande" y el "Almirante Shabanenko", un barco de ataque contra submarinos.

Hasta ahí fue un anunció que encendió las luces rojas en Washington y en la sede de la OTAN en Europa. Pero los hechos se precipitaron, porque hace pocas horas, dos aviones Tupolev Blackjack TU-60, bombarderos estratégicos de la Fuerza Aérea Rusa, que fueron escoltados por cazas rusos SU-27, aterrizaron en un aeropuerto militar venezolano Libertador, con el objetivo, según se dijo, de realizar maniobras de vuelo en aguas neutrales, luego de lo cual volverán a sus bases.

Desde el Ministerio de Defensa ruso se explicó que “todos los vuelos de las FAR se realizan en estricto respeto de las normas internacionales de uso del espacio aéreo sobre aguas internacionales, sin violar las fronteras de ningún Estado; la aviación estratégica rusa vuela con regularidad sobre aguas internacionales en los océanos Atlántico, Pacífico y Ártico, además del mar Negro”.

En realidad las ofensivas de Estados Unidos en nuestros países y en el mundo, dejan de ser inocentes hasta para los más leales. El presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, dijo que las maniobras navales rusas “es la reacción lógica ante la provocación de lo que significa establecer escudos antimisiles en dos países vecinos de Rusia; nadie se traga el cuento de que es para protegerlos de Irán; podrían ser más cuidadosos los norteamericanos y buscar, si es necesario -yo pienso que no lo es-, ubicarlos en otro país".

Difícilmente se repita el escenario de la guerra fría antes de la caída del Muro de Berlín. Sin embargo, a Estados Unidos y a su industria armamentista le interesa mantener focos de conflictividad en distintas regiones del mundo sin solución de continuidad. El presidente brasileño Lula envió en julio pasado a su ministro de Defensa, Nelson Jobim, a que indagara en Washington sobre la reactivación de la Flota, planteando su preocupación en el sentido de que “ahora que descubrimos petróleo a 300 kilómetros de nuestra costa nos gustaría que Estados Unidos explique cuál es la lógica de esa flota, en una región como ésta que es pacífica."

La región es pacífica en verdad y la mayor violencia es la inequidad social. Sin embargo, se están sucediendo situaciones más que desestabilizadoras como en el caso de Bolivia. Y que además quiebran las relaciones entre países, porque el presidente Evo Morales, decidió declarar “persona no grata”, al embajador norteamericano en La Paz, Philip Goldberg. Es conocido que a las potencias, cualquiera fuera su legitimación ideológica o política, poco les importa el desarrollo de los pueblos y su voluntad soberana a la hora de alambrar sus espacios a medida que los van ocupando.

14 de septiembre de 2008.

posted by Alfredo Jorge at 5:08 PM

 
La pantalla del desarrollo en el espionaje
Por ALFREDO CARAZO
Estados Unidos siempre ha usado a sus agencias para monitorear e incursionar en los asuntos internos de los países de lo que considera su periferia. La Agencia para el Desarrollo ya fue cuestionada por Bolivia y ahora se revela que apostó fuerte a condicionar la reelección del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

El presidente boliviano, Evo Morales, en una charla casi de madrugada con el subsecretario para Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado de Estados Unidos, Thomas Shannon, lo anoticio de algo que el funcionario no ignoraba aunque intentara disimularlo. Como el país del Norte había protestado por el deterioro constante de las relaciones bilaterales, Morales le presentó pruebas sobre supuestas actitudes y acciones de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, más conocida como USAID por sus siglas en inglés. Lo que se consideró como una ingerencia en los asuntos internos de Bolivia, sobre todo en momentos de dificultades institucionales, fue el apoyo sostenido del organismo americano a la oposición del partido Podemos, del ex presidente, Jorge Quiroga y a los opositores gobernadores de la “media luna”, la región más rica del país y con fuerte influencia de la derecha.
Morales ya había decidido que los agentes de la USAID se retiraran del país y eso causó algo más que escozor en la Casa Blanca, por lo que Shannon aprovechó una gira por el sur del continente para llegarse hasta La Paz e intentar recomponer las relaciones de por sí tirantes. Cuando concluyó la reunión en el Quemado, el subsecretario dijo que “terminamos acordando que la única conspiración que va a existir entre nuestras relaciones bilaterales va a ser la conspiración contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social”.
La USAID no es desconocida en América latina, como no lo es tampoco la intromisión de los embajadores americanos en los asuntos internos de la mayoría de los países. En Honduras, el embajador, Charles Ford, está dejando su misión, pero lo hace en medio de controvertidas acusaciones sobre “narcoestado”, corrupción y admoniciones para que el presidente, Manuel Zelaya desista de incorporar al país a la Alternativa Bolivariana de las Américas, que lidera el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Y lo que parecen simples declaraciones de un embajador que deja la legación diplomática, en el caso de los americanos adquiere una importancia política significativa, a punto tal que el presidente del Congreso hondureño se mostró preocupado “por lo que está sucediendo y tenemos la obligación de estar cercanos al país del norte porque es nuestro amigo y será nuestro amigo”.
Recientemente, algunos documentos rescatados del Departamento de Estado de Estados Unidos, permitieron revelar que hace tres años, cuando todavía se discutía la reelección del actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, invirtió casi 100 millones de dòlares, para la realización de seminarios en ese país cuyo objetivo fue promover la reforma política en busca de alternativas en la relación de fuerzas con pequeñas formaciones políticas.
Esos seminarios fueron impulsados y dirigidos por el Instituto Republicano Internacional, que orienta el actual candidato presidencial, John McCain. El Instituto viene teniendo activa participación con partidos políticos menores en Perú y ha incursionado con la oposición en Bolivia, siempre con el apoyo de la USAID y obviamente de las embajadas estadounidenses. Es bueno recordar, que al IRI también se lo ubicó operando fuertemente en el año 2004, hasta lograr el derrocamiento en Haití del presidente constitucional, Jean-Bertrand Aristide, y dos años antes en Caracas, pegado a quienes vieron frustrado el breve golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, en Venezuela.
En Brasil, la prensa paulista, indagó a través de un periodista independiente, que la USAI intentó influenciar las discusiones sobre la reforma política, reclamando por la infidelidad partidaria y la cantidad de partidos menores. Numerosos expertos viajaron para participar de estos seminarios, asegurando que tenían como objetivo “dar asistencia técnica para fortalecer a los partidos políticos en el hemisferio occidental”. Para eso se utilizó dinero proveniente del Fondo Nacional para la Democracia y de la USAID, en ambos casos con dependencia del Departamento de Estado americano.
El IRI fue fundado durante la presidencia de Ronald Reagan, en la década de los 80 y se orientó primero a “plantar las simientes de la democracia en América latina”, para luego ampliar su derrotero hacia el apoyo “a la democracia y la libertad alrededor del mundo por medio del desarrollo de partidos políticos e instituciones civiles”.
Es bien conocida en el mundo la concepción de la democracia que alienta Estados Unidos, independientemente de quien gobierne, sean estos demócratas o republicanos. Podrá decirse que políticamente se trata de palomas o halcones, pero lo que nunca ha cambiado, y seguramente no cambiará, es el accionar hegemónico de sus agencias de financiamiento, espionaje y desestabilización de gobiernos a los que se considere integrantes del “eje del mal” como en la actualidad, o simplemente “hostiles” para emplear un lenguaje más diplomáticamente sutil, aunque no carente de hipocresía.

27 de julio de 2008

posted by Alfredo Jorge at 5:06 PM

 
La derecha boliviana quiere el poder

Por Alfredo Carazo


Evo Morales tiene el apoyo mayoritario de su pueblo y de manera abrumadora, pero la oposición de derecha, que inclusive ostenta signos nazis en sus desplazamientos no abandona su estrategia de esmerilarlo de tal manera de quitarle el poder, acentuando la crisis o impulsando un anticipo de las elecciones generales.




Aunque debiera haber alcanzado, el casi 68 por ciento de los votos positivos que el presidente de Bolivia, Evo Morales , en el referendo revocatorio, los gobernadores opositores no reconocen la voluntad popular y se afianzan en sus propias ratificaciones para seguir jaqueando la institucionalidad política y económica.

El mandatario convocó al diálogo inmediatamente de conocerse los resultados que le dieron más votos a Morales que los que había cosechado el año 2005 cuando accedió al Palacio Quemado. Pero una vez la respuesta fue el portazo, sobre todo del gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, a quien sostienen grandes capitales y terratenientes.

Primero fue una huelga de hambre a la que le siguió un paro cívico, convocado además de Costas, por los gobernadores de la “media luna”, integrada por Beni, Tarija, pando y Chuquisaca. Todos apoyaron a los comités cívicos que integran el denominado Consejo nacional Democrático, que decidió cortar las carreteras y se muestran conformes con la posibilidad de que desde el departamento del Beni se restrinja el envío de carne vacuna y otros alimentos básicos hacia La Paz.

Pero lo que más ha llamado la atención fueron los incidentes protagonizados en Santa Cruz durante el paro cívico por los integrantes de la Unión de Jóvenes Cruceñistas. Portando escudos de tipo antimotines y encaramados en vehículos pintados con la insignia de la cruz svástica, conformaron un cerrojo en torno a las grandes ciudades para impedir que nada se moviera.

Morales acusa a Costas y a sus detractores de “atrincherarse con los extremistas de derecha” y alentar la violencia. Desde el Gobierno se lamentan que “algunos dirigentes cívicos y autoridades regionales no entiendan que el país quiere tranquilidad, diálogo y no confrontación”.

Queda claro que ni Costas ni los otros prefectos quieren tranquilidad ni diálogo. Aunque integrando todos la oposición, cuando el partido Podemos del ex presidente, Jorge Quiroga, se mando sólo en el Senado donde tiene mayoría y convocó a al referendo revocatorio, el pánico sacudió a los prefectos que percibieron la posibilidad de quedar descolocados frente a los electores. Por eso, se encargaron de adelantar que el referendo revocatorio, cualquiera fuera el resultado, de ninguna manera, ponía fin al conflicto político y ni siquiera podía vislumbrarse una luz de solución.

Costas y los otros gobernadores quieren arrebatarle el poder a Morales a como de lugar. Aunque la protesta transita el reclamo de devolución de regalías hidrocarburíferas y el respeto a los estatutos autonómicos, en el fondo quieren la convocatoria a elecciones generales en el corto plazo para desalojar al mandatario que más votos ha obtenido por décadas.

Estas medidas que intentan una vez más acentuar la crisis institucional, tiene su correlato en el Senado donde el Poder Ejecutivo no logrará la aprobación de sus proyectos, de tal manera que, para que el país no quede paralizado, desde el Gobierno ya se analiza la posibilidad de que Evo Morales gobierno transitoriamente por decretos. En tanto, se insistirá en la convocatoria a un referendo para saber si la mayoría de los bolivianos que le dieron un nuevo espaldarazo a su líder, también lo apoyan en la transformación política, económica y social del país y, sobre todo, en la histórica reivindicación social de uno de los pueblos más postergados de América latina.

24 de agosto de 2008

posted by Alfredo Jorge at 5:03 PM

 

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