Alfredo Carazo - Periodista

Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial





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Saturday, March 22, 2008

 
En Ecuador las mismas bombas que en Iraq

Por Alfredo Jorge Carazo

A cinco años de la violenta y sangrienta invasión a Iraq, Colombia utilizó para destruir el campamento guerrillero de las FARC en territorio ecuatoriano, las mismas bombas que Estados Unidos lanzó durante la operación “Tormenta del Desierto”. Los ecuatorianos descubrieron que no pueden haber sido transportadas por aviones brasileños Súper Tucano.


Técnicos especializados de las Fuerza Aérea Ecuatoriana, peritaron la zona donde fue bombardeado el campamento de los guerrilleros colombianos de las FARC, en el que resultó muerto el segundo líder de esa organización, Raúl Reyes, y comprobaron que los aviones que ejecutaron la operación utilizaron 10 bombas GBU 12 Paveway II de 500 libras, que dejaron cráteres de 2,40 metros de diámetro por 1,80 metros de profundidad.
Son las mismas que fueron utilizadas durante la “Operación Tormenta del Desierto”, hace cinco años cuando Estados Unidos invadía a Iraq, lo que según el presidente norteamericano, George W. Bush, fue una operación “justa, noble y necesaria”. La revelación indica que estas armas, fabricadas por Texas Instrument, pueden ser guiadas por láser o tecnología intersensorial, lo que reafirma mucho más la convicción de que la operación sobre territorio colombiano contó con tecnología y monitoreo norteamericano, teniendo en cuenta que este país tiene fuertes inversiones armamentistas a través del Plan Colombia y del Plan Patriota, su nueva versión.
Además, Colombia explicó que en la operación utilizó aviones Súper Tucano, un monomotor turbohélice de fabricación brasileña, pero sin embargo, la Guía de Identificación de Armamento de la OTAN, señala que esas bombas sólo pueden ser transportadas en determinadas aeronaves de alta tecnología, entre las cuales no se encuentra la aeronave brasileña, aún cuando en el año 2006, Colombia le compró a la estatal Embraear, 25 aviones. Pero esos aviones sólo pueden transportar armas convencionales e inteligentes además de artillería como ametralladoras en sus alas, pero no las bombas GBU 12.
Esta comprobación preocupa seriamente a los países latinoamericanos, sobre todo al Sur del continente, porque se suma a las definiciones de Estados Unidos, planteadas abiertamente a algunos presidentes como Luis Inácio Lula da Silva, de Brasil y Michelle Bachelet, de Chile, por la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice y que fuera reiteradas en la ultima cumbre de cancilleres de la OEA, en la que supuestamente se puso el punto final a la gravísima incursión colombiana sobre el territorio de un país fronterizo.
La mayoría de los países en Washington, convinieron en el respeto a los territorios propios y el rechazo a incursiones unilaterales que siguen los lineamientos de Estados Unidos. El país del Norte no sólo considera que es legítima la temeraria acción colombiana, justificada en la doctrina de la “defensa preventiva” sino que además planteó que actualmente hay nuevos actores regionales e internacionales que “transforman a las fronteras en móviles” lo que justifica aún más las acciones unilaterales.
Los cancilleres se apoyaron en la Carta de la OEA, cuando señala que “ningún Estado o grupo de estados
tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro'' y ''el territorio de un Estado es inviolable''.
En contraposición, Colombia reiteró que era necesario que los países latinoamericanos asumieran el compromiso de lucha contra el terrorismo y, de la mano de Estados Unidos, apeló a la figura de la “legítima defensa”. Aunque algunos países que se consideran satélites de Estrados Unidos, hubieran querido asumir esa posición, no pudieron porque los más importantes gobiernos de la región ya han dejado en claro que se trata de un conflicto interno de Colombia y que ni siquiera este país, contando con el apoyo del mayor imperio ha podido solucionar en décadas. La Cumbre del Grupo Río fue un oasis de paz en la que se encontraron los latinoamericanos, pero las imágenes de saludos y palmadas en los hombros, trocaron rápidamente en Washington en posiciones que en un momento dado fueron irreductibles. De todas maneras, la decisión de conformar una Comisión Multilateral de Observación, no puede dejar de computarse como un triunfo del Gobierno de Uribe.
En Colombia ahora la discusión pasa por la forma en que Inteligencia llegó exactamente a las coordenadas en las que se encontraba el campamento de Reyes. El Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, un funcionario designado por el presidente, Alvaro Uribe, tuvo que salir a desmentir a la senadora opositora, Piedad Córdoba, quien lo acusa de haber instado al Gobierno de Francia para que efectuara una comunicación satelital con Raúl Reyes, como consecuencia de la cual se logró ubicarlo fehacientemente.
En tanto en Ecuador, todas las miradas se dirigen hacia la base militar de Manta, operada por Estados Unidos y cuya concesión vence el año que viene. El presidente, Rafael Correa, viene adelantando desde la campaña electoral que Manta dejará de ser un enclave militar americano en Ecuador, pero ahora denuncia que hay una campaña internacional para desestabilizar a su Gobierno, porque los americanos no quieren dejar ese lugar desde donde monitorean la región andina y señaló que “las fuerzas norteamericanas no se quedarán un día más, abandonarán Ecuador una vez que finalice el contrato suscrito en 1999” y añadió que “no vamos a caer en la trampa de quienes quieren vincularnos al denominado Plan Colombia”. Una situación que en Sudamérica parece estar empeorando porque Estados Unidos nunca digirió que América latina se desembarazada de su triste papel asignado como su “patio trasero”.

22 de marzo de 2008

posted by Alfredo Jorge at 10:16 AM

Sunday, March 16, 2008

 
Uribe logró instalar su agenda

Por Alfredo Jorge Carazo

No es poco lo logrado por el presidente colombiano, Alvaro Uribe, desde el mismo momento en que anunció haber abatido a l guerrillero Rafael Reyes. Con el apoyo de Estados Unidos ha creado la duda acerca de la eventual connivencia de Ecuador y Venezuela con la insurgencia y ha puesto en alerta a las zonas fronterizas de otros países sudamericanos. Por eso es prematuro afirmar que el conflicto ha concluido.

Aunque el conflicto no está del todo cerrado, no fue poco lo logrado por el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, en la espectacular puesta en escena del desbaratamiento de un campamento de la guerrilla en territorio ecuatoriano en el que se diera muerte a Raúl Reyes, considerado el segundo hombre de la insurgencia. En primer lugar, instaló el tema interno colombiano en la agenda regional e internacional y particularmente, con la ayuda de Estados Unidos en la OEA. Hasta ahora nadie quería comprarse ese tema y mucho menos quienes comparten kilómetros fronterizos en la frondosa espesura de la selva.

Además, también instaló un variopinto rosario de dudas acerca de eventuales lazos entre la guerrilla y los gobiernos de Venezuela y Ecuador. Sobre el primero, tomó la posta rápidamente el presidente norteamericano George W. Bush, para señalar que no tiene dudas que al menos hay sospechas de connivencia, aprovechando de seguido para apuntar a la médula de la cuestión, señalando que Hugo Chávez, “a medida que intenta expandir su influencia en América latina, el régimen asegura que intenta promover la justicia social. En verdad, su agenda equivale a poco más que promesas vacías y una sed de poder; Chávez ha derrochado la riqueza del petróleo en un esfuerzo por promover su visión antiestadounidense y hostil".

En tercer lugar, abrió las compuertas de la prevención de tensiones como las ocurridas recientemente. Brasil por de pronto estableció una nueva base de vigilancia de la Policía Federal en la frontera amazónica, que abarca 2.200 kilómetros entre ambos países. El ministro de Justicia, Tarso Genro, adujo que el nuevo centro de operaciones se aceleró por las “informaciones recibidas de los servicios de Inteligencia”, en cuanto a las actividades irregulares detectadas, por lo que se dispuso erigir una “modernísima fortaleza de alta tecnología”. Por de pronto se instalarán cámaras de largo alcance con visores nocturnos, un eficiente centro de informaciones y un radar de superficie. Claro que en principio se apunta al tráfico del narcotráfico entre los ríos Solimoes e Ica, pero queda expuesto el objetivo final.

Hasta Brasilia, en una breve gira por algunos países para reforzar la mirada de Bush, llegó la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, quien dijo que “las fronteras son importantes, pero no pueden ser un medio utilizado por terroristas para ocultarse y realizar actividades que matan a civiles inocentes”. Pero la funcionaria se encontró con una posición distinta a la prevista. Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró su posición de crear un Consejo de Defensa, que nada tiene que ver con las funciones que hoy cumple la OEA disciplinada a Estados Unidos, en tanto el canciller, García Moritán, le dijo a su homóloga estadounidense que Brasil no va a calificar a la guerrilla de las FARC como terroristas, porque sigue los lineamientos marcados en ese sentido por las Naciones Unidas.

Han aparecido también supuestos contactos en México, país en el que según parece los servicios de Inteligencia colombianos pasean a sus agentes sin que lo advierta –o sí- el Gobierno del presidente Felipe Calderón y Panamá ya hizo sus aprestos en el Darien, para evitar sorpresas, después de haber revelado la detención de supuestos guerrilleros, situación que está en plena etapa de investigación.

También Perú se anotó en la búsqueda de posicionamiento, al proponer su canciller, José Antonio García Belaúnde, el despliegue de una fuerza multilateral en la frontera entre Colombia y Venezuela, claro que si ambos países lo solicitaran. Hasta el momento, mirando al sur resulta algo difícil de digerir un paso semejante con el que ni siquiera está de acuerdo el secretario general de la OEA, José María Insulza.

El chileno, junto con una comisión de embajadores de la Argentina, Brasil, Perú y Panamá, recorrió la frontera y el lugar de los hechos; dialogó con ambos presidentes y escuchó sus propias versiones y terminó admitiendo que “ambos gobiernos han dicho cosas distintas sobre la forma como se produjo el ataque. Hemos verificado con detalle la versión colombiana, tenemos los argumentos de Ecuador, yo creo que va a ser difícil que podamos ir más allá, pero eso lo vamos a poner en el informe".

Ecuador está a punto de reanudar las relaciones diplomáticas con Colombia, mientras INTERPOL trata de desentrañar el contenido del ordenador portátil de Reyes, pero como dijera su presidente, Rafael Correa “cuando la confianza se rompe es muy difícil retomar los niveles que existían antes”. La reunión del Grupo Río en Santo Domingo no fue para nada diplomática, excepto los aparatosos abrazos y fotos finales. Estuvo plagada de acusaciones de grueso calibre de uno y otro lado y como ocurre habitualmente, cuando hay un incendio aunque los bomberos lleguen prestamente, algún fleco termina quemándose irremediablemente.

Ahora, Hugo Chávez convino con Alvaro Colom una reunión bilateral para recomponer una vez más (?) relaciones por demás comprometidas ideológicamente, aunque ninguno de los dos países pueden prescindir del comercio. En tanto, al presidente Correa le preocupa la imagen internacional que está desparramando el Departamento de Estado de Estados Unidos, sobre la connivencia con las FARC. No sólo reiteró que es un conflicto interno de Colombia, sino que ordenó vigilar la frontera para evitar filtraciones guerrilleras, pero desafío a Estados Unidos “que vengan y pongan tropas en la frontera sur de Colombia y cuiden esa frontera y sean ellos los que pongan los muertos”. Por todo ello y más allá de las formas, el conflicto no está cerrado y pone en jaque todos los esfuerzos de integración que se han venido realizando.

16 de marzo de 2008

posted by Alfredo Jorge at 4:57 PM

 

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