Alfredo Carazo - Periodista

Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial





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Monday, October 25, 2004

 
UN AVANCE HISTORICO
DEL SINDICALISMO MUNDIAL

Por ALFREDO JORGE CARAZO


Las dos centrales sindicales internacionales, esto es la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), han comenzado a dar los pasos más importantes hacia la constitución de una nueva central mundial, que de lograrse podría ser la contracara del movimiento de los trabajadores frente al modelo del capitalismo globalizador. En Casablanca, Marruecos, el Comité Confederal de la CMT, de tendencia socialcristiana, se mostró “convencido de que hoy en día la unidad sindical a nivel mundial resulta crucial para garantizar la representación efectiva de los derechos e intereses de los trabajadores y trabajadoras en la economía global” y decidió además, sumarse a la CIOLS, más ubicada en la socialdemocracia, “en un llamamiento a las centrales sindicales nacionales independientes y democráticas que no cuenten con ninguna afiliación a nivel mundial para participar en este proceso unitario”.
En la agenda del sindicalismo internacional no se habla de fusión de ambas centrales, sino de la constitución de una nueva organización, con características propias, en el marco del proceso unitario más serio que se registra desde el fin de la Guerra Fría y esto está indicando que los actores sociales quieren jugar un nuevo rol en la dinámica social y política mundial. Es posible que esta decisión de los dirigentes internacionales tenga que debérsele a la globalización ultraliberal y a una mirada más ajustada de la realidad, además de la acentuada tarea de la Confederación Europea de Sindicatos, que desde hace tiempo viene impulsando reuniones entre dirigentes europeos y latinoamericanos.
En mayo pasado, en un congreso de la CES, el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder, le propuso formalmente al secretario general de la CMT, Willy Thys, el inicio de un “diálogo constructivo” para constituir una nueva central mundial entre las dos organizaciones, lo que conlleva discutir una agenda referida a la unidad en el pluralismo, la autonomía, una reformulación orgánica y el futuro de las estructuras regionales y profesionales. La respuesta fue dada ahora con el llamamiento de la CMT, que convalida lo decidido este año en Bruselas en un encuentro de 50 dirigentes de ambas organizaciones. Es más, la convocatoria a los independientes lanzada en Marruecos, ya había sido anticipada por los dirigentes máximos de la CIOSL y la CTM, en reuniones mantenidas con líderes de esas centrales que participaron de la Asamblea General de la Organización Internacional del Trabajo, en Ginebra. Un paso más adelante se dará seguramente en el próximo Congreso de la CIOSL que deliberará en los próximos días en Japón y en el de la CMT, en año que viene.
Hay una preocupación generalizada en el movimiento sindical, a nivel nacional, regional e internacional que no puede ser soslayada, ni siquiera por percepciones políticas e ideológicas, legítimas por cierto, pero que están exigiendo mirar mucho más a los trabajadores, adecuando las estructuras a los impactos de la globalización. La deuda externa, el desempleo y el subempleo, la pobreza y la marginalidad social, la explotación infantil, las condiciones de vida y de trabajo, el irrespeto a los convenios y resoluciones de la OIT y, sobre todo, las violaciones a los derechos sindicales, son apenas algunos de los temas que interpelan a una dirigencia que se ve obligada a encarar viejos y nuevos desafíos.
La unidad por la unidad misma no sirve, pero si se trata de aportar nuevas formas de acción y organización capaces de contener a todos los trabajadores, incluyendo a los de la economía informal y a la emergencia de millones de trabajadores sin trabajo, se habrá avanzado positivamente en la orientación de un salto en calidad para legitimar la representatividad. Ni en lo nacional ni en lo internacional, los trabajadores se han visto representados en los últimos años, porque sus dirigentes no en todos los casos han sido capaces de responder positivamente a escenarios cambiantes y nada favorables. Escenarios que todavía se suceden en América latina, pero que también suenan como nuevas realidades en Europa y otras regiones del mundo. En todos los niveles el destino inmediato de las organizaciones sindicales es renovarse, en estructuras y en prácticas, para no correr el riesgo de desaparecer o lo que es peor, dejar definitivamente de ser consideradas por los propios trabajadores como herramientas para el cambio social. Si esto no se hace, los trabajadores buscarán otros caminos para la defensa de sus intereses sectoriales y para rechazar la globalización deshumanizante.

Buenos Aires - 24 de octubre de 2004.


posted by Alfredo Jorge at 6:24 PM

 

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