Alfredo Carazo - Periodista

Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial





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Sunday, August 10, 2003

 
LA DEPENDENCIA SE ROMPE
CON ESFUERZO COLECTIVO

Por ALFREDO JORGE CARAZO

Como en toda crisis la salida depende de las políticas que se implementen para conjurarla. En las últimas décadas, las relaciones de la Argentina con los acreedores y los acuerdos firmados convergieron hacia la desestabilización, independientemente de las recurrentes apelaciones a ubicar al país “en el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones del mundo”. A juzgar por los resultados pareciera que es éste el que nos tenía reservado el modelo neoliberal, teniendo en cuenta que se avanzó, como en toda América latina, en una verdadera estrategia de transnacionalización de la economía, en desmedro de las economías nacionales.
Ajuste tras ajuste, se asistió a una degradación del trabajo humano con la consecuente marginalidad social, mientras se enajenaba el patrimonio nacional, entregando al mejor postor los recursos estratégicos. Así funcionaron no sólo las distintas versiones de la dictadura militar sino también, y con alguna agudeza, los gobiernos de la transición democrática. El presidente Néstor Kirchner definió un poco más la nueva etapa que encara el país, al señalar que está “un verdadero proyecto económico no es aquel que solamente permite vertebrar la aritmética, sino el que permite a millones de hermanas y hermanos que no tienen trabajo y que lo buscan ser parte activa de la Argentina”.
Ahora que se está en las puertas de una negociación clave para las relaciones futuras con los organismos multilaterales de financiamiento externo, suena por lo menos raro, inusual, escuchar del mandatario, que no está decidido a firmar nada que suponga un nuevo ajuste capaz de impactar seriamente en los sectores más vulnerables. Y más raro aún es comprobar que esta postura realista para nada implica el derrumbe ni habernos salido del mundo globalizado como se auguró apocalípticamente. Es muy alto el costo que se ha pagado en los últimos años, abriéndole las puertas a la experimentación de políticas que fueron traídas de la mano de los intereses foráneos. Pero puede ser mucho más caro y hasta imperdonable, si se tirara por la borda lo que trabajosamente se intenta construir. Hay algunos ejemplos por demás preocupantes en esta América latina tan castigada.
Sin embargo, sería un error suponer que el simple hecho de comenzar a desandar la dependencia externa, por sí sólo consolida un nuevo rostro de la Argentina. Paralelamente a esta verdadera decisión política, debe ubicarse claramente la voluntad de construir un modelo de país, promoviendo la identidad nacional y potenciando el uso de fuerzas propias comprometidas con el cambio. No es que sea fácil hacerlo, pero es decisorio. Como para hacer frente incluso al desafío de abordar el pasado con justicia para mirar el futuro con dignidad y sin darle entidad a las provocaciones políticas, que las hay.
Porque de lo que se trata es de incluir en democracia. Incluir a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños que ni siquiera se sienten prohijados por la Nación en cuyo suelo habitan. Incluirlos para nada implica solamente asistirlos. Supone ante todo hacerlos partícipes, protagonistas y con la clara percepción de que “el pan y el trabajo son un derecho inalienable; a veces hay que exigirlos, a veces hay que pedirlos y compartirlos siempre; pero con la conciencia de que no es limosna, es justicia”, como enfatizara el cardenal Jorge Bergoglio, ante miles y miles de fieles que pedían paz, pan y trabajo a San Cayetano.
Si hay algo que caracterizó a esta etapa desde antes de sus inicios, fue el percibir la necesidad de no delegar más en supuestos hombres providenciales y confiar mucho más en las fuerzas propias y en una construcción colectiva que encare con decisión su propio proyecto histórico. Mancomunadamente, gobernantes y gobernados con un objetivo de Nación. Sólo así los procesos democráticos alcanzan su legitimidad hacia adentro y de cara a los compromisos y desafíos internacionales.

Buenos Aires – 10 de agosto de 2003

acarazo@fibertel.com.ar






posted by Alfredo Jorge at 12:21 PM

 

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