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Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial
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Sunday, June 22, 2003
EL GOBIERNO TIENE QUE
ENCARAR LA AGENDA SOCIAL
Por ALFREDO JORGE CARAZO
Mucho tiempo más no puede pasar sin que la cuestión social tenga un abordaje contundente por parte del Gobierno del presidente Néstor Kirchner. Esta suerte de reordenamiento de la cosa pública viene siendo asimilada positivamente por la sociedad argentina. No obstante, la problemática social sigue siendo grave y exige políticas de Estado para revertir su deterioro. Ya comienzan a plantearse disidencias que, como en Brasil, apuntan a uno u otro lado del calidoscopio. Tantos años de visión especulativa financiera, no pasaron en vano y en este terreno también deberán medirse los nuevos tiempos, porque no son pocos los que siguen pensando al país desde una visión de gasto en lugar de inversión social. Si se persistiera en esta orientación –esto es intentar crecer sin invertir- sería como seguir excluyendo sin remedio y nada está más alejado de un nuevo modelo de país.
No puede obviarse que está faltando a esta altura una activa participación de la sociedad civil, como para no esperar todo del Gobierno. Si no ocurre es porque las organizaciones políticas y sociales no se han renovado en el tiempo, dificultando de esta manera la efectiva articulación entre el Estado y la sociedad organizada, un estadio que apunte mucho más allá de la simple demanda. Mientras la exclusión social en cualquiera de sus formas no golpee fuertemente en la conciencia de la sociedad, no se habrá asumido a cabalidad el compromiso con los saltos cualitativos.
Bernardo Kliksberg, quien es coordinador general de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Etica y Desarrollo del BID, sostiene que el “mito del crecimiento”, como solución a los problemas sociales ha quedado devaluado, como tantos otros y añade que “urge en América latina recuperar a plenitud la política social”, para lo cual será necesario dejar de lado “una visión cerradamente economicista y reduccionista del desarrollo, de pocos resultados y que ha conducido a serios errores en diversos casos”. Cabría preguntarse una vez más, si es posible recuperar la política social, sin volver a discutir el rol del Estado como promotor del bien común, con la responsabilidad política que le compete de manera irreemplazable.
Es verdad que el país político no ha abandonado la inercia de las urnas, como para hacerse cargo de que el hambre, la miseria, la indigencia, aunque el ministro de Economía, Roberto Lavagna, las dibuje a la baja, seguirá siendo un tema que deberá ser encarado desde la política. Aunque se la mencione a diario, la cuestión social excede, y en mucho, a la mera especulación de los números estadísticos. Tiene que ver con la democracia real, que se degrada hasta la decadencia con la injusticia social, neutralizando los mejores y más bien intencionados esfuerzos de crecimiento político.
Por eso el mayor compromiso de los partidos políticos, frente a la nueva etapa institucional y como la forma más idónea para reconciliarse con la sociedad, debiera ser abrir la discusión sobre la cuestión social, que de ninguna manera está amortizada. Ocupando cada uno con seriedad y responsabilidad el lugar que se le ha asignado. Para no caer en las simplificaciones, como las que plantea el ex presidente Raúl Alfonsín, al señalar que “el programa implementado por (Néstor) Kirchner es similar al de la UCR”.
Esta verdadera ofensa a la inteligencia popular sólo merece ser adjudicada a una distorsionada percepción de la realidad, en tiempo y espacio. Algunos dirigentes políticos no logran asimilar desde la autocrítica sus propias limitaciones, mientras otros siguen apostando al statu quo como la manera más simple y eficaz de permanecer.
Buenos Aires – 22 de junio de 2003.
acarazo@fibertel.com.ar
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