Alfredo Carazo - Periodista

Notas de opinión sobre actualidad política y social, sobre la Argentina, América latina y la realidad mundial





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Sunday, May 11, 2003

 
IDEAS Y NO MIEDO SE NECESITA
PARA RECONSTRUIR EL PAIS

Por ALFREDO JORGE CARAZO

Ingresamos al último tramo de la resolución institucional argentina a los golpes y se está haciendo un excesivo uso de los recursos del terrorismo mediático. Es como el empeño puesto en hacer política por sospecha, un recurso que ya aparece como agotado en el tiempo. Apelar a la paz desde la violencia es por lo menos retorcido. La política se mide únicamente por los resultados y Carlos Saúl Menem no tiene los mejores pergaminos para exhibir, porque no es posible simplificar una década de falsa prosperidad hedonista y concupiscente.
Es más, si se quisiera poner las cosas en su justo punto, habría que dejar la soberbia de lado. Lo que lo tiene mal al ex presidente, es haber confirmado lo que quería evitar en la primera vuelta. El 24 por ciento de los votos refleja un voto en su contra del 76 por ciento, representativo de los millones de electores que optaron por otras alternativas. Y los otros candidatos deberían hacer la misma lectura, si es que en verdad respetan el pensamiento popular. Es posible que hasta el propio sistema democrático necesite un adecentamiento, una puesta en común, para desligarnos de algunas interpretaciones periodísticas interesadas, como aquellas que indican el supuesto enojo de la gente al tener que optar entre dos candidatos peronistas. A priori un escenario distinto era impensable, salvo para los encuestadores más influenciados. Porque entre los tres candidatos peronistas, sumaron casi 12 millones de voluntades. Y como expresión popular, esto no puede ser modificado ni siquiera apelando al respeto por las minorías, que debe ser reservado a otros ámbitos de la democracia republicana como es el Congreso.
Estas elecciones no son la solución ni tampoco en ellas se juega el destino definitivo del país. El destino se juega todos los días y nada tiene que ver con personalismos que subestiman la responsabilidad colectiva. No debiera permitirse que se subrogue lo que debe ser propio de los pueblos, construir el modelo y la identidad del país en el que se quiere vivir. De lo contrario vuelve el todo o nada, el “yo o el caos”. Y no se debe mirar el futuro proponiendo el miedo. Tampoco en esta instancia hay liderazgos absolutamente definidos, por lo menos en el imaginario colectivo. Sólo aparecen grandes trazos. En siete días más, los argentinos tendrán que definir sí, algunos pasos -balbuceantes todavía- hacia un futuro que todos saben seguirá siendo tan difícil como hasta ahora. Se renovará la esperanza, pero será necesario aportar mucho más que un voto para evitar la renovación del pasado
Hasta ahora –y por lo menos desde diciembre de 2001-el caos previsto apocalípticamente no se cumplió. El maniqueísmo al que acude en forma recurrente el ex presidente Carlos Saúl Menem es apenas una pequeña muestra de su desconcierto. No hay nada épico en la segunda vuelta del 18 de mayo. De lo que se trata es de volver a empezar. Y como dato adicional todo indica que tanto Eduardo Duhalde como Néstor Kirchner, son conscientes de la inviabilidad de una conducción bicéfala en un futuro Gobierno.

Lo cierto es que en un escenario de minorías, todos le temen a la labilidad del voto e intentarán en las próximas horas mantener cautivos a la mayor cantidad de seguidores. Sin embargo, más allá de la pirotecnia verbal de las próximas horas, el futuro inmediato comienza a transitar otros caminos conducentes a nuevos espacios con nombres, apellidos y orientación política, que quien más quien menos intenta impulsar. Virtualmente cerrada la elección del nuevo habitante de la Casa Rosada, todos apuntan a las elecciones legislativas, porque se está tomando conciencia de la reinauguración de esa instancia política hasta ahora opacada por la transición institucional y por la caída de la legitimidad representativa. Tiene que ver también con la experiencia inédita de una primera vuelta que parece haber repartido responsabilidades. Y el Congreso deberá asumir la suya con madurez, si es que en verdad que la dirigencia política está dispuesta a remozarse. Y esto supone también el acompañar la nueva etapa institucional, pero sin dejar de lado su cometido ineludible de legislar y controlar la buena macha de los negocios del Estado. A su vez, el establishment deberá iniciar el duelo después del fracaso de Ricardo López Murphy, disimulado convenientemente, que lo dejó sin candidato, aunque ya se esté preparado para arrimarse al rescoldo del triunfador.
El escenario latinoamericano se inscribe en la misma dirección. Luis Inacio Lula da Silva tuvo que cruzar a pie desde el Planalto hasta el Congreso brasileño, para respaldar sus proyectos de reforma fiscal y previsional que son resistidos hasta por sus propios partidarios. Lucio Gutierrez, en Ecuador, al igual que Gonzalo de Sánchez de Lozada, en Bolivia, no tienen mayoría parlamentaria, como tampoco la tendrá desde agosto venidero, Nicanor Duarte Frutos, en Paraguay. Y un poco más arriba, Francisco Flores en El Salvador, será controlado en su último año de mandato por el Frente Farabundo Martí. El mosaico legislativo que se completará este año, interpelará al nuevo Gobierno y permitirá develar la incógnita de la gobernabilidad sustentable, sabiendo que no hay recetas mágicas y que todo, con aciertos y errores, debe ser construido con imaginación y una férrea voluntad política empujada por todos.

Buenos Aires – 11 de mayo de 2003.

acarazo@fibertel.com.ar


posted by Alfredo Jorge at 7:20 PM

 

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